A lo largo de 365 días, el intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, vivió un declive de su imagen pública que se caracterizó por ser sistemático, persistente y devastador para sus aspiraciones futuras, a pocos días de iniciar su tercer mandato consecutivo al frente de la capital fueguina.

Y no se trata de una apreciación subjetiva sino más bien de la inexpugnable realidad que presentan las estadísticas, en este caso comprando los resultados de una encuesta realizada a mediados de diciembre del año pasado por CB Consultora y los datos aportados, hace un par de días, por Vox Populi.

Hace un año, CB Consultora confirmaba en su encuesta de imagen de intendentes de todo el país que Vuoto estaba entre los peores valorados de la Argentina. En aquella oportunidad le asignaba una imagen negativa del 52,1 % y sólo un 44,1 % de imagen positiva.

Un año después, el sondeo de Vox Populi determinó que el rechazo social hacia el intendente de Ushuaia creció hasta el 65,4 % lo que equivale a un crecimiento del 13,1 %, es decir más de un punto negativo por mes.

Al ritmo que creció su imagen negativa, decreció inversamente su imagen positiva. Tanto que Vuoto hoy solo goza de un 21,9 % de aprobación. Si se toma en cuenta el dato del año pasado, la imagen positiva del intendente cayó un 22,2 %, a razón de casi dos puntos porcentuales por mes.